domingo, 6 de noviembre de 2011

ÍNDICE:
  1. Límites de Hispania.
  2. Factores de la romanización.
  3. División administrativa y política en la hispania romana.
  4. Hispania antes de los romanos.
  5. La riqueza de Hispania.
  6. Conquista de Hispania.
  7. La conquista.
  8. Organización política.
  9. Arte romano de Hispania.
  10. La religión.
  11. Creencias.
LÍMITES DE HISPANIA

Hispania es una península que limita:
Norte: Mar cantábrico , Francia  y  Andorra.
Oeste: Océano Atlántico y Portugal.
Sur: Mar Mediterráneo y Océano Atlántico.
Este: Mar Mediterráneo.
FACTORES DE LA ROMANIZACIÓN.

Se entiende por romanización el lento proceso de asimilación de la cultura, civilización y modo de vivir de los romanos por el pueblo hispano que duró seis siglos. Los factores que hicieron posible este proceso fueron los siguientes:
I. El derecho de ciudadanía que constituía la aspiración común de todos los pueblos sometidos ya que conllevaba grandes privilegios. En Hispania a partir de César que concedió a muchos municipios y finalmente en el año 212 d.C. el emperador Caracalla extendió esta prerrogativa a todos los habitantes libres del Imperio.
II. La fundación de las colonias y el régimen municipal: cada colonia era un centro de romanización, ya que estaba integrada por ciudadanos romanos que se organizaban y vivían como si estuvieran en la propia Roma y por indígenas que estaban en contacto con ellos, por lo cual el pensamiento y la civilización eran asimilados por los nativos. El municipio era una ciudad principal y libre, que tenía sus propias leyes y nombraba sus gobernantes independientemente de Roma, siendo los órganos esenciales de éste semejantes a los de Roma: las Asambleas populares, los magistrados, etc.
III. La influencia del ejército en la romanización fue decisiva: resultó ser el transmisor fundamental de la lengua latina. Los soldados reclutados entre la población hispana automáticamente adquirían el derecho de ciudadanía; así, al licenciarse, engrosaban el estamento de ciudadanos y se convertían en agentes activos de romanización.
IV. La lengua latina logró imponerse a las demás lenguas nacionales excepto al euskera que se habla en la zona norte) por medio de los funcionarios, del ejercito, de la enseñanza y del culto religioso y sobre todo a través de las relaciones comerciales ya que era la lengua universal en los países del Mediterráneo.
V. La extensa red de comunicaciones que proporcionaba el conjunto de calzadas romanas (más de 10.000 kilómetros) facilitó la comunicación entre las distintas regiones, tanto en la costa como en el interior, impulsando de esta manera el desarrollo del comercio entre todas ellas y, por tanto, la romanización.
DIVISION ADMINISTRATIVA Y POLITICA EN LA HISPANIA ROMANA.

Inicialmente el territorio fue dividido en 2 provincias: España Citerior (la más cercana geográficamente a Roma, que comprendía el este y noreste peninsulares) e España Ulterior (la más alejada de la metrópoli). Durante doscientos años no se cambió, excepto en los límites geográficos, acrecentados por las conquistas (correspondiendo el centro y norte a la primera y el oeste y noroeste a la segunda).
Sin embargo, Augusto en el 27 a.C. dividió la Ulterior en dos nuevas provincias Lusitania, Bética y llamó Tarraconense a la Citerior.
    El emperador Caracalla a comienzos del siglo III desgajó de la Tarraconense la provincia España Nova Citerior Antoninianafutura Gallaecia, que comprendía el noroeste peninsular. Su sucesor de principios del siglo IV, Diocleciano, creó la Cartaginense (centro y este peninsulares, más las islas Baleares) desgajada también de la Tarraconense. A fines del siglo IV las Baleares pasan a ser provincia insular llamándose Balearica. Por otro lado, el norte de África fue englobado en ese siglo como parte de España con el nombre de Mauritania Tingitana, con capital en Tingis (actual Tánger). Consecuencia de todo ello, en el siglo V España se componía de 7 provincias.
Sin embargo, Augusto en el 27 a.C. dividió la Ulterior en dos nuevas provincias Lusitania, Bética y llamó Tarraconense a la Citerior.
   · Lusitania es la antigua región que formó la provincia romana creada por el emperador Augusto en la península Ibérica el año 27 a.C., con capital en Emerita Augusta (hoy Mérida, España). Las constantes rebeliones contra el poder romano finalizaron en el 72 a.C., fecha del inicio de la definitiva romanización en la región. Su principal figura como héroe de la resistencia fue la de Viriato.Su nombre completo era Provincia Hispania Ulterior Lusitania y, como su nombre indica, fue, junto con la Bética, una de las dos partes en que se subdividió la antigua Hispania Ulterior. Comprendía el actual Portugal, casi toda Extremadura y parte de las actuales provincias españolas de Salamanca y Zamora, si bien el propio Augusto posteriormente incorporó el norte del Duero a la Tarraconense. Recibe su nombre de sus antiguos habitantes, los lusitanos, con los que Roma luchó durante los siglos II y I a.C. Administrada por el emperador, en el 284, como una de las cinco provincias de la diócesis de Hispania, se dividió en tres distritos o conventos jurídicos con capitales en Emerita, Scallabis (actual Santarém, Portugal) y Iulia Pax (hoy Beja, Portugal). Tuvo importantes minas de cobre en el sur.

·Bética es la provincia romana de la península Ibérica creada por Augusto en el 27 a.C., que toma su nombre del río Baetis (actual Guadalquivir) y cuya capital fue Hispalis, hoy Sevilla. Su nombre completo era Provincia Hispania Ulterior Baetica y estaba constituida por el centro y oeste de Andalucía, sur de Extremadura y parte de Ciudad Real, aunque el rico distrito minero de Castulo (cerca de Linares, en Jaén) pasó en el 7 a.C. a la Tarraconense. Era una de las zonas más romanizadas de Hispania y su administración correspondía al Senado, si bien a finales del Imperio la autoridad imperial se hizo preponderante. Tuvo 4 distritos con capitales en Hispalis, Gades (Cádiz), Astigi (Écija) y Corduba (Córdoba), destacando Hispalis como capital de Hispania durante el Bajo Imperio (siglos IV y V). Provincia fértil en agricultura, minería y comercio, fue lugar de asentamiento de colonos romanos desde su conquista, y en ella nacieron Trajano (y probablemente también su pupilo Adriano), Séneca, Lucano, Mela y Columela.

·Tarraconense es la provincia romana establecida por Augusto en la península Ibérica el año 27 a.C. y con capital en Tarraco (la actual Tarragona). Su nombre latino completo era Provincia Hispania Citerior Tarraconensis y sus límites se correspondían con los de la Provincia Citerior creada en el 197 a.C. (valle del Ebro, Levante y parte de la Meseta Sur) más los territorios conquistados de la zona cántabra y adyacentes. Posteriormente, Augusto incorporó Galicia, el norte de Portugal y el territorio de los astures (desde Asturias a Zamora). Era provincia imperial, sometida a la autoridad directa del emperador sin intervención del Senado, debido a la necesidad de mantener tropas para controlar los focos rebeldes del norte y a la rica producción minera. Tuvo siete distritos con capitales en Lucus, Bracara, Asturica, Clunia, Caesaraugusta, CartagoNova y Tarraco. En el Bajo Imperio (siglos IV y V) sólo incluía el valle del Ebro y el este de la zona cantábrica
HISPANIA ANTES DE LOS ROMANOS

Dos siglos de guerras intermitentes aunque extremadamente violentas y crueles, tras los cuales las culturas prerromanas de Hispania fueron casi exterminadas. La dominación romana perduraría hasta la entrada en Hispania las primeras tribus bárbaras, ya en el siglo V, formando durante los siete siglos de influencia romana una población homogénea en Hispania conocida como << hispano-romana>>.
LA RIQUEZA DE HISPANIA

ECONOMÍA PRERROMANA:
Anteriormente a la entrada de Roma en Iberia, la práctica totalidad de la península se basaba en una economía rural de subsistencia con poco o muy escaso tráfico comercial, excepción hecha de los mayores núcleos urbanos, ubicados sobre todo en la costa mediterránea, que sí mantenían un contacto regular con el comercio griego y fenicio.
ECONOMÍA EN LA HISPANIA ROMANIZADA:
Además de la explotación de los recursos minerales, Roma obtuvo con la conquista de Hispania el acceso a las que probablemente fueran las mejores tierras de labor de todo el territorio romanizado. Por lo tanto, se hacía necesario poner aquellas tierras en explotación cuanto antes. Durante toda la dominación romana, la economía produntiva hispana experimentó una gran expansión, favorecida además por unas infraestructuras viarias y unas rutas comerciales que le abrían los mercados del resto del imperio.
Conquista de Hispania
Se conoce como Conquista de Hispania al periodo histórico comprendido entre el desembarco romano en Ampurias(218 a.C) y la conclusíon de la conquista romana de la Península Ibérica por César Augusto (19 a.C), así como a los hechos históricos que conforman dicho periodo.
LA CONQUISTA.

La coquista romana establecía su dominio sobre la Península Ibérica, también importaba a la misma su particular forma de entender la vida; su economía, su legislación la sinfraestructuras que les permitieron crear y conservar un imperio y las manifestaciones artísticas de todo tipo. De todo ello se conserva hoy un importante legado no sólo arqueológico, sino también cultural, que aún hoy permanece en las lenguas romances habladas en España y Portugal descendientes directas del latín.

Organización política

Los romanos crearon la organización de Hispania mediante la subdivisión de ésta en diferentes provincias administrativas bajo el gobierno de pretores que actuaban como virreyes en nombre de Roma. A lo largo del dominio romano sobre Hispania, ésta estuvo dividida en las siguientes provincias:

HISPANIA ULTERIOR, primera división privincial en la zona sur y oeste.
HISPANIA CITERIOR, primera división provincial en la zona este.
BÉTICA, división provincial posterior, en el sur.
LUSITANIA, en el oeste peninsular.
TARRACONESES, en el este
CARTAGINESES.


ARTE ROMANO EN HISPANIA


Se conoce como arte romano en Hispania a todas aquellas manifestaciones artísticas correspondientes al periodo de dominio romano sobre la Península. Conjuntamente con su economía, su política y su religión, Roma exportó a toda Europa y a parte de África y Asia sus modelos artísticos, provocando una estandarización de la estética en docenas de países que llega hasta hoy, en un legado amplísimo; un legado que también dejó su impronta en las corrientes que tras la caída del Imperio estarían llamadas a sustituir al arte romano. Así, se pueden observar numerosas influencias del arte romano en el arte románico o renacentista, corrientes artísticas que, a su vez, tuvieron una fuerte influencia sobre los usos estéticos actuales. En el estudio del arte romano se puede diferenciar la pintura, el mosaico, y de una forma mas general, los elementos artísticos contenidos en la arquitectura que exceden de su caracter meramente funciona.

LA RELIGIÓN




El estudio de la epigrafía votiva evidencia que la mezcla de elementos romanos e indígenas resulta característica de la religiosidad de las mujeres hispanoromanas del territorio castellano-leonés, como igualmente lo es de las estructuras onomásticas y sociales de todo el tercio nortepeninsular, pero, en todo caso, estas manifiestan sus creencias a través de las formas religiosas locales que les son más familiares, preferentemente en un culto de tipo privado y familiar, a menudo ligado a medios rurales.
Creencias.

La historia institucional de la masonería presenta numerosas desidencias, cuyas principales causas, con importantes matices y derivaciones, están relacionadas con la admisión de la mujer en la masonería, la cuestión de las creencias religiosas o metafísicas, la naturaleza de los temas tratados o la forma de trabajar de las logias, así como con las mases sobre las que se fundamente la regularidad masónica.
La existencia de distintos puntos de vista sobre estos y otros temas ha dado lugar al desarrollo de distintas ramas o corrientes masónicas, que a menudo no se reconocen entre ellas.



El anfiteatro y el teatro.